Cristo es el camino y la puerta. Cristo es la escalera y el vehículo. Es el propiciatorio colocado sobre el arca de Dios. Es "el misterio escondido desde siglos"
(San Buenaventura)

17.8.10

Sobre los rituales

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Los rituales le van dando significado a cada parte de nuestra jornada, dándole un orden, y van interrumpiendo la uniformidad destruyendo la rutina.

Una particularidad del ritual es que nos permiten establecer un tiempo sagrado, es aquello que se separa del mundo, este tiempo apartado de lo común, me pertenece donde los otros no pueden disponer. El tiempo sagrado se va a apartar de lo que es habitual. Aquí al tiempo lo vamos a detener y el mundo con la exigencias que nos trae ya no tiene poder sobre este tiempo, el cronos no va a poder intervenir en este tiempo sagrado

Este tiempo donde puedo tomar aire, escuchar los sonidos más finamente en el cual me siento libre, este tiempo me va a permitir transformarme, renovarme, refrescarme y repararme.

Podemos vislumbrar dos clases de rituales, uno es aquel que podemos tomarnos deliberadamente, un tiempo que yo separo, este horario, lo reservo para mí, lo ocupo para orar o leer algo.

La otra clase de ritual es al realizar los quehaceres cotidianos, hacerlos de una manera particular es decir, atender a como hacemos estas cosas cotidianas y esto requiere de un tiempo extra.

De acuerdo al libro de Anselm Grun que vamos compartiendo ‘Administración del tiempo ‘, el cuenta un ejemplo de una madre joven que los cinco minutos que pasa sola cuando se baña es su tiempo sagrado, porque disfruta, se siente libre , no necesita un tiempo extra para su mañana y además nadie puede disponer de ese tiempo.

Los rituales cierran una puerta y abren otra, esto también en el orden de nuestra vida. Como nos cuesta cuando llegamos a casa cortar con el trabajo, la preocupación sigue dando vueltas. Es necesario cerrar la puerta con el trabajo, esto lo puedo hacer camino casa, aprovechando para cerrar algunos puntos así cuando llego a casa cierro la puerta a estos problemas.

Hoy se habla de los simultáneos, aquellos que hacen todo al mismo tiempo, el típico caso de la persona que camina por la calle, habla por celular y va haciendo trámites bancarios.

Si no cerramos la puerta del trabajo tampoco vamos a poder abrir la puerta de casa y con mi familia, siempre voy a estar de paso, cosa que no nos beneficia a nosotros y aquellos que viven con nosotros. Debo cerrar la puerta para estar presente en el instante.

El ritual nos permite revalorizar en el justo sentido y en la justa medida cada una de nuestras acciones.

Los rituales nos abren el cielo que está por encima de nuestra vida, así como en el cuento, si no nos detenemos a mirar al cielo no podemos descubrir el cielo estrellado o el inicio de la mañana.

Los rituales enmarcan nuestra vida en un horizonte más amplio, en el horizonte de Dios y en su particular bendición, en los rituales nos volvemos concientes que nuestra vida y nuestro trabajo están en manos de Dios.

Los rituales no existen solamente para las situaciones agradables, en los eventos dolorosos también a través del ritual podemos acompañar al otro que está pasando un momento difícil. En un momento de duelo o dificultad también me estoy adhiriendo a lo que está sucediendo y estoy expresando la unión interior con él que está sufriendo y esto lo ayuda al otro y le permite recuperar la estabilidad, mi presencia está allí , simple, sencilla con un abrazo, con simplemente estar, salgo del esquema de estar por quedar bien porque le he encontrado un sentido muy concreto

Este aspecto educativo de los rituales nos permite resignificar muchas de las cosas que en nuestra vida a veces van perdiendo sentido.

Fragmento extraído de Radio María.
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