Cristo es el camino y la puerta. Cristo es la escalera y el vehículo. Es el propiciatorio colocado sobre el arca de Dios. Es "el misterio escondido desde siglos"
(San Buenaventura)

15.10.11

Santa Teresa de Jesús



"Andando más el tiempo, me ha acaecido y acaece esto algunas veces: íbame el Señor mostrando más grandes secretos; porque querer ver el alma más de lo que se le representa, no hay ningún remedio, ni es posible, y así no veía más de lo que cada vez quería el Señor mostrarme.Era tanto, que lo menos bastaba para quedar espantada y muy aprovechada el alma, para estimar y tener en poco todas las cosas de la vida. Quisiera yo poder dar a entender algo de lo menos que entendía; y, pensando cómo puede ser, hallo que es imposible, porque en sólo la diferencia que hay de esta luz que vemos a la que allá se representa, siendo todo luz, no hay comparación, porque la claridad del sol parece cosa muy desgustada.  En fin, no alcanza la imaginación, por muy sutil que sea, a pintar ni trazar cómo será esta luz, ni ninguna cosa de las que el Señor me daba a entender, con un deleite tan soberano que no se puede decir; porque todos los sentidos gozan en tan alto grado y suavidad, que ello no se puede  encarecer, y así es mejor no decir más."
extraído de: "Libro de la Vida"  de Teresa de Jesús.

Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Avila el 28 de marzo de 1515.
Murió en la noche del 4 de Octubre de 1582 y fue enterrada al día siguiente el día 15 del mismo mes, debido al cambio del calendario juliano al gregoriano, que se produjo la noche en que era velada.
Fue sepultada en  Alba de Tormes. Canonizada en 1622.
El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia.

Para nosotros: una maestra de oración.
Yo nunca he estado en Avila, pero he vivido, y continúa siendo así, una experiencia especial en mi camino de oración cuando tomé su mano (la de Teresa) y me dejé llevar por ella.
Por eso agregué a continuación algo que hallé en un blog.
Para que los inspire a unirse a su ruta, y para que, cuando lean su obra, en este caso el "Libro de la Vida", experimenten su compañía y escuchen su voz que se alza para disipar la oscuridad, para envolvernos y guiarnos hacia la luz de la oración más elevada.
Gracias, Teresa.

DE LA MANO DE TERESA
Hace más de 20 años leí por vez primera un libro de TERESA, la mujer orante y emprendedora, que recorrió los caminos de Castilla, en el siglo XVI, sembrando comunidades vivas centradas en el seguimiento y la amistad de Cristo. La lectura del “Libro de la Vida” fue un verdadero acontecimiento espiritual para mí, recién converso; con él, aprendí a orar, y descubrí la gratuidad del amor de Dios y de su gracia. Superando progresivamente la dificultad del lenguaje, propio de la época de Teresa, me sumergí en una realidad totalmente nueva para mí, y me encontré caminando en la fe el camino de Cristo de la mano de esta mujer, determinada a superar cualquier obstáculo, para abrazarse al Amor. Teresa se convirtió en mi maestra, en mi madre espiritual y en mi amiga; con ella de la mano llegué al Carmelo, y en la medida en que conocí más y más aquel carisma, fui también conociéndola más a ella, leyendo sus libros, y los de quienes fueron sus discípulos: Juan, Gracian, Teresita, Isabel, Francisco, etc.
 En 1998 llegué a Ávila, la ciudad en la que vivió TERESA, y durante un año recorrí sus calles, aspiré sus olores, me llené de imágenes y recuerdos, para sentirle más viva y cercana; fue allí donde dediqué tardes innumerables a leer pacientemente sus escritos, subrayando y anotando el ejemplar de sus obras completas que me acompaña siempre a donde voy. Eran tardes largas, mirando nevar a través de una pequeña ventana, en las que la voz de Teresa, desde lo que ella escribiera, sonaba en mis oídos como un manantial de agua viva. Aquel año fue fundamental en mi camino espiritual, y regresé a mi tierra lleno de entusiasmo para vivir y compartir todo lo aprendido y descubierto en aquel tiempo.
Otra dos experiencias importantes en mi relación con TERESA resultaron mi amistad con un presbítero, párroco de mi pueblo, que me invitó a ver, más de una vez, y debatir, la serie de televisión española, de ocho capítulos, “TERESA de JESÚS”, una verdadera joya, y que luego, a lo largo de estos años, he visto una y otra vez. Hoy mismo, para celebrar en este pequeño refugio donde pasé los últimos meses la memoria de Teresa, he vuelto a ver algunos capítulos, los que narran la historia de la primera fundación teresiana, y el despegue de su actividad fundadora. Y luego, la tercera experiencia importante, fue llevar durante un tiempo un blog dedicado a TERESA y su carisma, desde una visión personal y encarnada; no creo que llegara a ser lo que hubiera querido, pero estoy satisfecho. Tal vez en el futuro vuelva a intentarlo, desde una óptica diferente, porque TERESA será mi maestra y mi compañera de camino, aun cuando yo no sea parte formal de su familia en la Iglesia.
Hoy, 15 de octubre de 2011, he celebrado particularmente mi amistad con TERESA: he rezado su oficio, he celebrado la eucaristía en mi habitación, he repasado las páginas de sus libros, y por supuesto, también me he sentido en comunión con todo el Carmelo Teresiano, mujeres y hombres, los que de muchos modos diferentes se sienten discípulos de esta “mujer fuerte” que nos dejó un legado valiosísimo, el de su experiencia interior y su “determinada determinación” de buscar y buscar, sin rendirse, el rostro auténtico de Dios. De TERESA, amiga y maestra, he aprendido la amistad con Jesús y el deseo de seguirle en libertad; ahora, que me adentro en una nueva etapa del CAMINO, no he de privarme de su sabiduría y su luz, todo lo contrario. Hoy más que nunca ella seguirá siendo maestra, y en cualquier lugar donde levante mi tienda, se hablará de TERESA

fuente: http://mertonpito.blogspot.com