Nadie invocó a María que no haya sido favorecido.
De María recibe el cautivo redención,
curación el enfermo,
consuelo el afligido,
el pecador perdón,
el justo gracia,
el Ángel alegría.
San Bernardo
Como el océano recibe todas las aguas, así María recibe todas las gracias. Como todos los ríos se precipitan en el mar, así las gracias que tuvieron los ángeles, los patriarcas, los profetas, los apóstoles, los mártires, los confesores y las vírgenes se reunieron en María.
San Bernardo
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Vine al amparo de mi madre amada,
Bajo su blando corazón de fuego
Ardiente, cual volcán de amor, y luego
Durmió en reposo mi alma sosegada.
Volví a tener simplicidad de niño
Y un nuevo corazón de humana carne;
Que un beso de María vino a darme
Un albo amor de nácar y de armiño.
Amé de nuevo todas las virtudes
Que informan el carácter de María
Y al fin noté que mi alma dura y fría,
En paz ya reposaba de inquietudes.
A Cristo, en gratitud, con ufanía;
Gallardo con los ángeles al coro
Me acerco entre sus cánticos de oro
¿Y quién nos lleva allí? Siempre María.
Rafael Ángel Marañón