Evangelio según San Juan 1,19-28.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?". |
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías". |
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió. |
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?". |
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías". |
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?". |
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia". |
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157)
abad cisterciense
5ºto. sermón para Adviento; SC 166 (trad. SC p. 153 rev.)
abad cisterciense
5ºto. sermón para Adviento; SC 166 (trad. SC p. 153 rev.)
"Preparad el camino del Señor”.
Hermanos, aunque vosotros estéis muy avanzados en este camino…, no hay término
a la bondad hacia la cual se progresa. Es por eso que el viajero sabio se dirá
cada día: " ahora, comienzo "… Son numerosos," los que yerran en
las soledades"; ninguno de ellos puede decir: "ahora comienzo".
"El comienzo de la sabiduría, es el
temor del Señor": si es el comienzo de la sabiduría, es necesariamente
también el punto de partida de un buen viaje … Es también quien provoca la
confesión; quien incita al orgulloso al arrepentido y le permite oír la voz del
que grita en el desierto, del que ordena preparar el camino, el que muestra por
donde hay que comenzar: "Convertíos, porque el Reino de los cielos está
cerca"
Por consiguiente, si estás en el camino,
tu único temor sea desviarte, ofender al Señor que te conduce por él. Si el
camino te pareciera demasiado estrecho, considera el fin hacia el cual te
conduce, pues, si ves el fin de toda perfección, inmediatamente dirás: Tu
mandamiento es amplio en extremo. Si no puedes verlo, cree entonces a Isaías cuando
añadía: Y caminarán por esta senda los que fueron liberados y redimidos por el
Señor; vendrán a Sión con cantos de alabanza y coronados de gozo sempiterno.
Disfrutarán de gozo y alegría - y huirán de ellos el dolor y el llanto. Quien
medite suficientemente en este fin, pienso que no sólo considerará espacioso el
camino, sino que hasta tomará alas, de suerte que, más que caminar, volará por
él. Por tanto, hermanos, meditad siempre en la recompensa final y corred por el
camino, de los mandamientos con prontitud y alegría. Que por él os conduzca y
guíe el que es camino de los que corren y premio de los que alcanzan la meta:
Jesucristo.
Fuente: evangeliodeldia.org