Historia de la Virgen del Rosario de San Nicolás
Hace 30 años, el 25 de septiembre de 1983 en San Nicolás, se produjo la primera aparición a Gladys Quiroga de Motta, quien se hallaba en su habitación rezando el rosario, cuando de pronto vio cómo la Virgen le extendía la mano y le entregaba su rosario. Todo comenzó el día anterior cuando ella y los vecinos de San Nicolás vieron cómo se iluminaban los rosarios que tenían en su habitación.
Después, el 5 de octubre de ese año, vuelve a suceder una nueva aparición en la habitación de Gladys, pero esa vez, Gladys se animó a preguntarle a la Virgen qué era lo que quería de ella. Entonces apareció una luminosidad que mostró en el centro la imagen de un templo enorme.
Allí Gladys comprende que la Virgen le señalaba su deseo a través de una aparición, pero en ningún momento hablaba, todo era en silencio. Poco después, Gladys decide comentarle al padre Carlos Pérez lo que le estaba sucediendo, ya que necesitaba expresar sus visiones a alguien confiable. Este sacerdote le recomendó guardar silencio.
En las apariciones desde el 25 de septiembre hasta el 12 de octubre, la Virgen se presentaba en silencio, pero el día 13 de octubre, por primera vez le habló a Gladys diciéndole: “Has cumplido. No tengas miedo. Ven a verme. De mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás”.
Durante siete años hubo apariciones de la Virgen en San Nicolás, desde 1983 hasta 1990. Por aquellos tiempos, en varias casas de la zona, se iluminaban los rosarios que tenían las familias colgados en su pared.
Un día fue a ver al padre Pérez, con el fin de ver la imagen de la Virgen en la catedral. La Virgen le había dicho que existía una imagen suya bendecida por un papa allí. El padre le mostró a Gladys las diferentes imágenes, pero ninguna concordaba con la imagen que ella tenía en su memoria.
Luego, el sacerdote recordó que existía una imagen de María en el campanario de la iglesia junto a otros objetos que se habían deteriorado con el tiempo y habían sido abandonados allí. Cuando la vio, Gladys la reconoció enseguida y dijo que era ésa la imagen que había visto.
Esa imagen se había guardado debido a su mal estado, producto del paso del tiempo. En efecto, ésa era la imagen de María del Rosario, que había sido enviada desde Roma bendecida por el papa León XIII y llegó al pueblo de San Nicolás en el año 1884. Fue oficialmente emplazada en la parroquia el 25 de septiembre de 1884.
“Me tenían olvidada, pero he resurgido, ponedme allí, porque me veis tal cual soy”, le dijo María a Gladys.
La imagen fue sacada del lugar y enviada a restaurar, colocándole el rosario de madera en sus manos como antiguamente lo tenía.
La Virgen le dice a la señora que recibía los mensajes que ella es la patrona de ese lugar y que debe llamarse María del Rosario de San Nicolás. En realidad, en épocas muy pasadas, por allá en 1700, en ese lugar fue construida, solitaria, una capilla en su nombre.
La señora Gladys Motta vive actualmente en San Nicolás. Mantiene la misma discreción que al principio le recomendaba su confesor.
Hace 30 años, el 25 de septiembre de 1983 en San Nicolás, se produjo la primera aparición a Gladys Quiroga de Motta, quien se hallaba en su habitación rezando el rosario, cuando de pronto vio cómo la Virgen le extendía la mano y le entregaba su rosario. Todo comenzó el día anterior cuando ella y los vecinos de San Nicolás vieron cómo se iluminaban los rosarios que tenían en su habitación.
Después, el 5 de octubre de ese año, vuelve a suceder una nueva aparición en la habitación de Gladys, pero esa vez, Gladys se animó a preguntarle a la Virgen qué era lo que quería de ella. Entonces apareció una luminosidad que mostró en el centro la imagen de un templo enorme.
Allí Gladys comprende que la Virgen le señalaba su deseo a través de una aparición, pero en ningún momento hablaba, todo era en silencio. Poco después, Gladys decide comentarle al padre Carlos Pérez lo que le estaba sucediendo, ya que necesitaba expresar sus visiones a alguien confiable. Este sacerdote le recomendó guardar silencio.
En las apariciones desde el 25 de septiembre hasta el 12 de octubre, la Virgen se presentaba en silencio, pero el día 13 de octubre, por primera vez le habló a Gladys diciéndole: “Has cumplido. No tengas miedo. Ven a verme. De mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás”.
Durante siete años hubo apariciones de la Virgen en San Nicolás, desde 1983 hasta 1990. Por aquellos tiempos, en varias casas de la zona, se iluminaban los rosarios que tenían las familias colgados en su pared.
Un día fue a ver al padre Pérez, con el fin de ver la imagen de la Virgen en la catedral. La Virgen le había dicho que existía una imagen suya bendecida por un papa allí. El padre le mostró a Gladys las diferentes imágenes, pero ninguna concordaba con la imagen que ella tenía en su memoria.
Luego, el sacerdote recordó que existía una imagen de María en el campanario de la iglesia junto a otros objetos que se habían deteriorado con el tiempo y habían sido abandonados allí. Cuando la vio, Gladys la reconoció enseguida y dijo que era ésa la imagen que había visto.
Esa imagen se había guardado debido a su mal estado, producto del paso del tiempo. En efecto, ésa era la imagen de María del Rosario, que había sido enviada desde Roma bendecida por el papa León XIII y llegó al pueblo de San Nicolás en el año 1884. Fue oficialmente emplazada en la parroquia el 25 de septiembre de 1884.
“Me tenían olvidada, pero he resurgido, ponedme allí, porque me veis tal cual soy”, le dijo María a Gladys.
La imagen fue sacada del lugar y enviada a restaurar, colocándole el rosario de madera en sus manos como antiguamente lo tenía.
La Virgen le dice a la señora que recibía los mensajes que ella es la patrona de ese lugar y que debe llamarse María del Rosario de San Nicolás. En realidad, en épocas muy pasadas, por allá en 1700, en ese lugar fue construida, solitaria, una capilla en su nombre.
La señora Gladys Motta vive actualmente en San Nicolás. Mantiene la misma discreción que al principio le recomendaba su confesor.